lunes, 7 de noviembre de 2011

Sentido al 2 de Noviembre


Estando en un siglo donde pocas son las costumbres que preservamos, el Día de los muertos es una tradición que no parece querer ser olvidada. Aún camino un 2 de noviembre y veo el desempeño de ciertos grupos tanto formales como informales armando racimos de flores;  enciendo la TV y una colada morada en el mercado de Guaranda está siendo preparada. Al parecer Ecuador no quiere olvidar a sus muertos. ¿Pero qué hay más allá del comercio en el día de los difuntos?
Los indígenas aztecas, en primera instancia, quisieron dar culto a aquellos seres que habían muerto, para esto pretendían tratar sus cuerpos como si  el alma estuviera viva; les daban de beber, les adornaban sus tumbas y les cantaban – lo cual resulta muy similar si contemplamos nuestra realidad -. Este culto se fue extendiéndose por varios imperios más; los colonizadores intentaron acabar con estos ritos logrando un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas con las prehispánicas. Entonces ¿valdría decir que en esta fecha lo que prima es el negocio?; antes de todo un sinnúmero de fieles católicos se sienten en el deber de homenajear a sus familiares muertos; la razón no es cuantificable, solo la fe logra explicarlo. Sin embargo somos parte de esa tradición, que como dije al principio, se muestra resistente a ser acabada.
A veces un complejo de inferioridad nos hace pensar que somos los más crédulos y por lo tanto adoptamos celebraciones extranjeras; las universidades lo hacen, las altas élites también. Estamos en el deber de continuar aquel producto logrado por la fusión de culturas; después de todo qué somos sino ese mismo resultado.  

Por Narcisa Rendón
Fotos por Daniel Lucas

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